La primera cultura histórica andaluza: Tartessos.
Hacia el año 2500 a.C.: Tartessos no era un mito. Los mercaderes focenses lo comprobaron. Era una realidad específica, un país físico en el que existía un Estado regido por una monarquia humana como tantas otras conocidas de los griegos. Era un país fértil en toda clase de frutos, riquísimo oro, plata, estaño y hierro, y abundante en ganados que entre los los griegos simbolizaba aún la riqueza. En definitiva un país ideal. Más de un griego deseó ardientemente conocerlo, pero el mundo punica se lo ocultó y los núcleos cultos de la Jonia o de la propia Grecia tuvieron que contentarse con el agridulce sabor de la leve cata. Tartessos desaparece misteriosamente a partir de la batalla de Alalia
El límite territorial de la Bética.
Hay una interrogante: ¿coincide la Bética y Andalucía? En lo esencial podria contestarse que sí. Comparando los límites actuales y los más generalmente admitidos de hace dos mil años, da el resultado de que todo el territorio andaluz estaba dentro de la Bética, salvo, quizás, una parte del norte de Jaén, Granada y Almería, que podría estar en torno al 2 por 100 de la Andalucía actual. Por otro lado aproximadamente el 80 por 100 de la Bética estaba integrada por el territorio andaluz.
La bética romana.
Hacia el año 206 a.C.: Los púnicos abandonan definitivamente la Península y los romanos, al menos en teoría, ocupaban toda la Bética. Hacia el año 179 a.C. termina la conquista, la rapidez de la conquista se debe a una serie de factores: el interés romano por la zona más rica de la Península, la falta de una acción común indígena y a la atracción de las oligarquías indígenas por parte romana.
Fin de la bética romana.
Año 411 d.C. En la Península Ibérica, en virtud de un «foedus» pactado con el Imperio romano de occidente, suevos, vándalos y alanos se establecen en la Península Ibérica, los vándalos asdingos y los suevos se instalan en Galecia; los alanos, en la Cartaginense y la Lusitania, y los vándalos silingos, en la Bética.
Al-Andalus: «Frontera»
En el 711, el ejército visigodo era derrotado por tropas árabes y beréberes y se iniciaba la conquista de la Península. Este hecho va a suponer una transformación histórica para Andalucía, al quedar inserta en el gran Imperio Islámico y separada de la civilización occidental a la que hasta entonces había pertenecido. Los orígenes del término «Al-Andalus» han sido muy discutidos; tesis patronímica: «Andalus, hijo de Tubal, hijo de Jafet», otra tesis la relaciona con el nombre de Vandalucía para determinar la vieja provincia romana de la Bética, y especialmente el puerto de Julia Traducta -Tarifa o Algeciras- donde los vándalos embarcaron para marchar a Africa, haciendo derivar de vandalus -vandalicia o vandalucía- Andalucía.
Conquista
En términos generales la conquista del territorio se efectuó sin encontrar apenas resistencia, hasta el punto de que hay quien afirma que «Hispania no fue conquistada por los musulmanes, por la fuerza de sus armas, sino que capituló». Y, efectivamente la práctica totalidad de la población hispano-visigoda pudo, gracias a capitulaciones del tipo de la acordada entre Teodomiro y Abd al-Aziz, conservar sus propiedades y recibir la consideración de «protegidos» que les garantizaba, a cambio de un impuesto personal, la libre práctica de su religión.
La bandera de Andalucia.
A finales del siglo XI aparece, por primera vez, la bandera verde y blanca. Ondeó en la torre de la Mezquita de Sevilla (La Giralda) para celebrar la batalla de Alarcos. El verde es extraído del estandarte de los Omeyas, y representa la convocatoria del pueblo. El blanco que en heráldica es interpretado como parlamento o paz, era el perdón de los almohades. Nuestra bandera da el mensaje: Verde de esparanza y union y blanco de de paz y diálogo. Nace como símbolo de tolerancia, por amor a nuestra tierra y a la cultura.
Expansión y conquista cristiana
Las modalidades de ocupación practicadas durante la conquista de Andalucía en tiempo de Fernando III fueron, básicamente, las siguientes:
- Entrega de plazas fuertes en virtud de acuerdos con los dirigentes musulmanes. Como Martos, Andújar, Salvatierra y Borjalamar (Baños de la Encina) en 1225.
- Conquista por las armas, sin acuerdo entre vencedores y vencidos. Como Quesada y Cazorla en 1231, y de Cantillana y Alcalá del Río en 1247.
- Capitulación acordada tras una resistencia más o menos prolongada. Como Baeza 1236, Úbeda 1233, Córdoba 1236, Arjona 1244, Jaén 1246, Sevilla 1248, Niebla 1262, Jerez 1264 y Tarifa 1292.
- Pacto o pleitesía en virtud de la cual, reconociendo la autoridad del rey castellano, quedaron en condición de sometidas. Como Alcalá de Guadaira 1246, Lora del Rio, Gerena y Carmona 1247.
Guerra de Granada (1481-1492)
Esta fue la última etapa de la Reconquista de la península Ibérica. La guerra se planteó a largo plazo con campañas dirigidas primero contra las comunicaciónes exteriores del reino Nazarí de Granada y posteriormente contra su capital. Los enfrentamientos comenzaron en 1481. En 1483, el rey Nazarí Boabdil, que había sido apresado, se declaró vasallo de los reyes cristianos Isabel y Fernando a cambio de su libertad. Este fue un episodio de la hábil política, de los Reyes Católicos, dirigida a explotar los enfrentamientos de la familia reinante entre el propio Boabdil , su padre Muley-Hacén y su tío el Zagal. Las ciudades más importantes conquistadas por los cristianos fueron: Alora (1484), Ronda (1485), Loja (1486), Málaga (1487). Después de la caída de Baza (1489), el Zagal se rindió y entregó a la Corona de Castilla Almería y Guadix. La campaña final comenzó en la primavera de 1491 y concluyó el 2 de enero de 1492 con la entrada en la capital.
Andalucía: Puerta de América
El inicio del contacto con américa por los castellanos y su mantenimiento hasta el final del período colonial, se hizo casi exclusivamente desde Andalucía. La razón de la importancia del fenomeno americano para Andalucía radica en que todo el tráfico con el nuevo continente se convirtió en un monopolio, jurídicamente castellano, pero fisicamente andaluz. Razones que justifican la incorporación de América a Andalucía:
- El peso de la esperiencia. Andalucía contaba con ventajas históricas, ya que la proyección por el Atlántico no era nada nuevo para ella.
- La elección de los primeros protagonistas. Existió una clara elección por parte de los propios protagonistas, ya que entre 1492 y 1503, la totalidad de las expediciones partieron desde el triangulo Huelva-Cádiz-Sevilla, en este orden.
- El condicionamiento geográfico. La excepcional situación de la costa occidental andaluza, desde Gibraltar hasta Ayamonte, aprovechando los vientos y corrientes, en una época en la que la navegación dependía de esto. Y que desde estos puertos era más facil ir y venir ademas de más económico.
- Las razones estratégicas. Derivadas de la mayor seguridad que ofrecían los puertos de la costa Atlántica andaluza respecto a los posibles ataques de piratas y corsarios, sobre todo el puerto interior de Sevilla.
- Las razones económicas. Al contar con una importante infraestrutura de producción y de comunicaciones, absolutamente imprescindibles para el trafico de Indias.
Poblaciones de América con nombres de ciudades y pueblos de andalucía Esta lista no es exaustiva, algunos nombres en Sudamérica van acompañados del nombre de algun santo como San Ambrosio de Linares o con la palabra Nueva como Nueva Jaén. Ver cuadro.
La desamortización en Andalucía
Durante el siglo XIX se producen en el mundo una serie de transformaciones que se han dado en llamar la Revolución Industrial, dichos cambios serán de tal embergadura que trastocaron gran parte de las estructuras económicas y sociales existentes. En el caso concreto de Andalucía nos encontramos con un ritmo de modernización menos acelerado que en el de otras regiones españolas. Si España estaba en la "periferia" europea, Andalucía estaba en la "periferia" española.
La distribución de la propiedad en la baja Andalucía a finales del siglo XVIII y principio del XIX aparecía repartida entre la Iglesia (manos muertas,) la corona (tierras de realengo), y la nobleza (tierras señoriales). Quedaban las tierras dependientes del municipio (tierras comunales). De los tres tipos de propietarios estamentales -nobleza, clero y corona- y un cuarto tipo de propietario corporativo -el municipio-, son los bienes de realengo y los municipales los que sufren merma y detrimento, en cambio no cesaron de acrecentarse las tierras eclesiásticas y señoriales.
La idea y la esperanza del reparto de tierras en Andalucía presidieron las luchas campesinas contemporáneas; puede decirse que constituye una de las señas de identificación de las aspiraciones del campesinado andaluz cada vez que las circunstancias históricas permitieron que tales aspiraciones pudieran tener posibilidades de ejecución. El "reparto", en cierta forma, ha entrado a formar parte de la mítica y mística campesina de Andalucía. Con las desamortizaciones el latifundismo se extiende, superando los márgenes históricos del valle del Guadalquivir, mientras que el minifundio se dio mayormente en la Andalucía penibetica.
La revolución industrial andaluza
En 1856, anadalucía era la segunda región española en cuanto a grado de industrializacón. Un siglo más tarde estaba ya prácticamente a la cola, con un índice de industrialización inferior al 50 por 100 del nivel medio español. Mientras que entre 1856 y 1900 Andalucía tenía un índice de industrialización superior a la media nacional en las ramas de alimentación, metalurgia, química y cerámica, a partir de 1915 esta supremacía se redujo a las ramas de alimentación y química. Según los defensores de la llamada teoria de la dependencia, las causas fundamentales del fracaso de la industria y de la economia andaluza a finales del siglo XIX habrían sido las siguientes: en primer lugar, la agricultura andaluza más productiva habría estado siempre vinculada a exportaciones con demanda muy elástica, con lo que nunca habría podido servir como motor de desarrollo, agotándose definitivamente sus posibilidades durante la crisis agraria de la penúltima década del siglo; por otra parte, la mineria, que pudo haber servido también como potentísima fuente de acumulación, tampoco lo hizo por su condición de minería de pendiente y de saqueo; en tercer lugar faltó una estructura financiera capaz de canalizar recursos hacia la industria, prefiriendo siempre actividades comerciales, e incluso enterrando cuantiosos recursos en la construcción del ferrocarril; en cuarto lugar, la integración de Andalucía en el mercado nacinal, cuando el trazado del ferrocarril estuvo totalmente terminado, habia supuesto un duro golpe para la economía de la region al convertirse en una pequeña parte de un territorio mucho más amplio; por último, la Restauración borbónica habria hecho de la oligarquía industrial andaluza una oligarquía fundamentalmente politica y residente en Madrid que habia potenciado un crecimiento desequilibrado, en el que Andalucía se habia especializado definitivamente en actividades agrarias exportadoras, con salarios bajos y altos beneficios para terratenientes, que posteriormente habían sido invertidos en actividades industriales en el centro, en altos salarios y elevada capacidad adquisitiva. Hipótesis, en síntesis, para explicar el subdesarrollo económico andaluz:
- Crecimiento poblacional en el siglo XIX que presionará a la baja los salarios en el mercado de trabajo y contribuirá a impedir la sustitución de dicho factor por capital físico.
- Desigualdad en la distribución de la riqueza y renta que desalentará la inversión en industria de bienes de consumo.
- Proteccionismo arancelario que evitará, en la agricultura latifundista, la transformación de los métodos de cultivo y de la propia producción tradicional -salvo los casos del olivar, citricos y otros cultivos minoritarios respecto al cereal- con lo cual se perpetúa un sistema económico basado primordialmente en la agricultura extensiva y en el empleo de mano de obra.
- La política proteccionista que se fortalece a finales del siglo XIX y comienzo del XX favorecerá la industrialización de las regiones del Norte y desalentará, a la vez, la inversión en regiones cuya ventaja comparativa reside en un capital humano potencialmente productivo.
- Sin embargo, este capital humano empresarial, en el caso de Andalucía, está situado, de forma preferente, en la agricultura, sobre todo por razones de rentabilidad, y el capital humano técnico y laboral en los sectores secundario y terciario es escaso en la medida en que el bajo nivel de renta de la mayor parte de la población se traducía en bajo nivel formativo.
- A los anteriores factores hay rendimientos de la agricultura tradicional en la mayor parte de las provincias orientales, donde el régimen minifundista de propiedad era el dominante.
La industrialización andaluza (el fracaso)
- La industria textil
En Sevilla, la sociedad formada por Calzada, Munilla y De Stop tenía instalada en 1849 una fábrica al vapor, con 3.720 husos de hilar y 2.648 de torcer, así como 17 telares mecánicos. En Cádiz, se sabe de una importante "Fábrica Gaditana de Hilados y Tejidos de Algodón al Vapor" que, con un capital de tres millones de reales y una plantilla de 250 obreros, funcionó de 1847 a 1869. En Málaga, Heredia y Larios unieron sus esfuerzos para crear, en 1846, la razon "Industria Malagueña, S.A.", que ha permanecido hasta los años 1960. De 1886 en adelante, toman un signo regresivo, las dificultades de los años ochenta, que en Cataluña traen la desacelarión industrial, originan en Málaga la decadencia pura y simple. - La siderometalurgia
En 1826, Manuel Agustín Heredia, formó una sociedad para explotar los criaderos de hierro magnético de Ojén, no lejos de Marbella, la factoria a orillas del Río Verde, se proponia la obtención de flejes y planchas para pipería. Como la magnetita de Ojén presentaba muchas dificultades a la fusión por el método tradicional se adopto el método ingles, obtencion del lingote al carbón vegetal en Río Verde (fábrica "La Concepción"), afinado y laminado a la hulla en la playa de Málaga (fábrica "La Constancia"). Los altos hornos, hornos puddler y hornos de reverbero de "La Concepción" y "La Constancia" han sido los primeros, con fines civiles, instalados en España. Debido a la primera guerra carlista, hubo paralización de la forjas septentrionales, la demanda se desvio hacia las fabricas del Sur, incluida la fabrica de "El Pedroso", estas fabricas aportaron en 1844 el 72 por 100 de toda la fundición española, la causa de que se cerraran estas y otras fundiciones andaluzas, fue principalmente el fuerte proteccionismo al carbón asturiano. - El sector agroalimentario
La industria agroalimentaria de la región estaba muy por encima de los niveles medios de la nación. A finales del siglo XIX, perdidas las oportunidades de la siderurgia, del textil y con la minería casi agotada y en manos extranjeras, Andalucía parece volver la vista a las actividades agrarias. Estas son principalmente cuatro, los vinos de Jerez, la uva de Almería, el acite de Córdoba y Jaén y el azúcar de Málaga y Granada. - El "sherry"
Entre 1823 y 1873 se multiplicaron por cuatro las exportaciones de sherry. Al final de este periodo se destinaban al cultivo del viñedo unas 7.800 hectáreas, que empleaban entre 8.000 y 10.000 personas, un 20 por 100 de la población de la comarca. la dependencia del sherry de mercados extranjeros, por razones a veces tan fútiles como las reiteradas campañas de prensa desatadas en Gran Bretaña sobre los efectos perjudiciales de su consumo, provocaba con demasiada frecuencia hundimientos de los precios, como los ocurridos en 1863 y 1890, hacian imposible pensar en una base exportadora suficientemente sólida. Su producción se hallaba organizada sobre la base de tres grandes grupos económicos: los cosecheros, los almacenistas y los exportadores que era el grupo mas fuerte en el que apenas cinco casas, Garvey, Domecq y González, exportaban más del 50 po 100 del total. Este ultimo grupo, que hubiera sido el único capaz de desencadenar un proceso de diversificación industrial a partir de una acumulación previa, tampoco pudo hacerlo a causa de que el sistema de crianza exigía dedicar sumas muy cuantiosas a la construcción de grandes bodegas. - El azúcar
En 1845 se inicia una nueva etapa de florecimiento del cultivo de caña de azúcar en las costas de Málaga y Granada, que alcanza su punto culminante a finales de siglo, coincidiendo con la pérdida de las últimas colonias americanas. Sólo en Granada llegó a haber seis fábricas con una capacidad de molturar 1.280.000 arrobas diarias de caña. En 1900 la totalidad de la Vega de Granada estaba dedicada al cultivo de la remolacha, con una producción anual de 20.000 toneladas de azúcar. Un exceso de capacidad productiva dio lugar a una crisis de sobreproducción que se saldo con la cración en 1904 de la Sociedad General Azucarera, constituida por más del 90 por 100 de las fábricas azúcareras de toda España. Despues de 1904, la Vega de Granada, la comarca más rica de toda la provincia, fue disminuyendo de importancia progresivamente, de un 95 por 100 en 1885, al 93 por 100 en 1890 y al 60 por 100 1895.